El cuarteto estadounidense de rock profundiza en Come Around Sundown la búsqueda de nuevos climas y sonidos. El resultado son 13 canciones bien distintas pero con una unidad global que invita a poner repeat.
Ya en Because of the Times (2007), Kings of Leon se corría un poco de su crudeza y único recurso armónico de sus dos guitarras distorsionadas, y buscaba melodías menos estridentes y más introvertidas, dando un paso que en cierta forma los alejaba de aquella propuesta de los primeros discos Youth and Young Manhood (2003) y Aha Shake Heartbreak (2005), en los que venía a ofrecer, digamos, una mezcla de Creedence con Nirvana, con un sonido que indudablemente provenía del garage, pero que ganaba en solidez e innovación. El paso dado en Only by the Night (2008) los hizo arriesgar otros estilos, siempre arrimando a los sonidos de referencia: Dylan, Pearl Jam, U2. Pero en Come Around Sundown, el cuarteto de Tennessee se afirma definitivamente en una amalgama de géneros como el indie, el grundge y el post-punk, con un resultado grandioso. Sin perder la esencia, se animan a probar con climas y efectos que solían escatimar en sus producciones originarias, como voces con cámara, fluidos trabajos corales y fondos de teclados. Así es como se percibe, desde el primer tema, el coqueteo con géneros que parecían ajenos a esta banda, como el gothic del poderoso tema “The End” del arranque, en sus versos sueltos sobre una base de bajo y batería que rematan en un coro explosivo, o el intimista “The Face”. Un cierto aire Strokes, que sobrevuela los fraseos de guitarra que complementan las armonías de “Radiactive” y “No Money”, y el explícito sonido de los ’50 en la muy lograda balada, “Mary”, con ese dejo a picardía con que los Ramones rescataron clásicos doo-wop de esa década. Un aire grunge que suena reverdecido en “The Inmortals” y poco antes del final, “Mi Amigo” alcanza el inesperado estatus beatle, más precisamente de Abbey Road, con acordes entrecortados y puentes corales, con una gran canción que da paso al cierre tranquilo e introspectivo de “Pickup Truck”.Los 13 temas recrean distintos climas y un estilo que, a la larga, los unifica a todos. Y para los que aún reclaman aquel sonido fundamental lo pueden encontrar, sin duda mucho más consolidado, con dulces slides en “Back Down South” y “Beach Side”, y una celebración en las guitarras de “Birthday”.Las melodías se superan a medida en que se vuelven a escuchar, todo un mérito, porque el disco invita a ponerlo en repeat y hacerlo girar una y otra vez, hasta asimilarlo por completo.
Publicado en Tiempo Argentino, Suplemento Espectáculos, 23 de noviembre de 2010